Energías Limpias
Por Juan S. OlivaresCientíficos crean generador eléctrico inspirado en el cochayuyo
Este prototipo genera electricidad a través de la fricción y el suave movimiento del mar, y promete grandes avances científicos para aprovechar correctamente la insaciable energía de los océanos.
Los océanos cubren más del 70% de la superficie del planeta, y son fuente inagotable de energía. El mar se mueve constantemente sin descanso, liberando energía cinética que hasta el momento no se aprovecha como se debe.
Según un estudio europeo, el mar podría satisfacer todas las necesidades energéticas del mundo de aquí al 2035, pero la ciencia tiene limitantes y hasta la actualidad no existen formas completamente eficientes para cosechar aquella energía potencial de los océanos.
La energía mareomotriz es la que se produce a través de las mareas, y la energía undimotriz es aquella que proviene del movimiento de las olas. Al aplicarse, ambos métodos de recolección son efectivos hasta cierto punto, ya que por lo general las plantas energéticas del mar son rígidas y no aprovechan todo el potencial.
Por esta razón, un equipo de científicos chinos se inspiró en el suave movimiento del cochayuyo para desarrollar un método más efectivo y menos invasivo para cosechar la energía de los océanos. El cochayuyo -también llamado kelp- es una alga que crece en racimos en las profundidades del mar.
La ciencia imitando a la naturaleza
Los ingenieros Minyi Xu y Zhong Lin Wang tomaron como referencia las vibraciones suaves de las algas marinas que viven a merced de la energía de los océanos. Este movimiento delicado podría ser aprovechado mediante sensores triboeléctricos flexibles.
El fenómeno triboeléctrico es el mismo que ocurre cuando frotamos un globo inflado con nuestra cabeza, erizándonos el cabello. La frotación entre dos superficies puede generar electricidad, y si se lleva a grandes escalas usando el movimiento del mar la energía podría ser infinita y sustentable.
Por cuatro años estos ingenieros testearon distintos materiales para desarrollar estas estructuras sencillas, pero muy prometedoras. La idea es usar miles de sensores agrupados en racimos, muy similar a la estructura del cochayuyo, para aprovechar toda la energía del océano a través de la fricción.
El resultado es un prototipo que es amable con el medio ambiente, ayuda a satisfacer nuestras necesidades energéticas y nos abre la esperanza para conseguir de una buena vez un método sustentable de energía para las sociedades del mundo.
Puedes leer esta publicación científica en idioma inglés en la revista científica ACS Publications.
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