INIA enfatiza uso de bioinsumos, reducción de huella hídrica y agroecología para la región del Ñuble

Programas de mejoramiento genético, así como las áreas de agregación de valor (bioninsumos), son centrales para asegurar, en parte, la producción de alimentos.

La región de Ñuble está experimentando un cambio significativo en su vocación productiva, con un fuerte énfasis en la fruticultura. Esta transformación requiere de tecnologías de apoyo, como los bioinsumos, para garantizar el éxito de esta nueva dirección. Durante una visita al INIA Quilamapu en Chillán, el subdirector nacional de I+D de INIA, Christian Alfaro, resaltó la importancia de los bioinsumos en este proceso.

Ñuble cuenta con el Centro Nacional de Bioinsumos (CeNBI), donde un grupo de investigadores está trabajando en el desarrollo de bioestimulantes y biocontroladores basados en hongos microscópicos. Estos productos reemplazan el uso de agroquímicos, brindando una alternativa limpia y sostenible para todos los sectores productivos. Esta tecnología representa una evolución en la reducción de la huella química en la agricultura.

Alfaro también analizó las áreas de investigación y los énfasis que se llevarán a cabo en los próximos años en el campo agropecuario. Destacó la importancia de los programas de mejoramiento genético, especialmente en trigo, arroz y legumbres, que se concentran en Chillán. Estos programas han logrado adaptarse a los desafíos actuales, como la reducción de la huella hídrica y química. Las variedades desarrolladas son más eficientes en el uso de recursos hídricos y nutrientes, lo que ha llevado a un aumento en los rendimientos y una disminución de la demanda de agua.

En el contexto del cambio climático, Alfaro hizo hincapié en la importancia de reducir la huella hídrica y desarrollar variedades tolerantes al estrés hídrico y enfermedades relacionadas con los cambios climáticos. Estos avances en el mejoramiento genético y los bioinsumos son esenciales para garantizar la producción de alimentos en cantidad y calidad. El INIA tiene como objetivo principal asegurar los alimentos de manera sostenible y ha asumido esta responsabilidad durante casi 60 años.

Otro punto destacado durante la reunión fue la agroecología como una ciencia capaz de llevar la agricultura a una producción sostenible. Los consumidores actuales demandan información sobre cómo se producen los alimentos y qué impacto tienen en el medio ambiente. Por lo tanto, desarrollar sistemas agroalimentarios sostenibles es crucial para la agricultura del siglo XXI.

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