Agricultura Responsable
Por Agustín de Vicente

Nuevo germoplasma de alfalfa tolerante a sequía para zonas de secano mediterráneo fue estudiado mediante fenotipado terrestre y aéreo

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La alfalfa es el cultivo forrajero perenne más plantado en todo el mundo, con entre 30 y 35 millones de hectáreas distribuidas en más de 80 países. Se utiliza para heno, pastos y ensilaje debido a su alta producción de proteínas por hectárea.

En un mundo donde el cambio climático amenaza con intensificar las sequías, un equipo de investigadores del INIA y de la Universidad de Talca ha logrado un avance significativo. Su reciente publicación en el European Journal of Agronomy revela los resultados de un estudio pionero sobre accesiones y cultivares de alfalfa tolerantes a la sequía. Este descubrimiento no solo es crucial para la agricultura en regiones áridas sino que también es un paso adelante en la adaptación al cambio climático.

El estudio examinó un total de 69 accesiones y cultivares de alfalfa procedentes de Kazajistán, Azerbaiyán, España, Australia, Estados Unidos y Chile. Realizado en el Campo Experimental de Cauquenes del INIA, en la Región del Maule, el objetivo era identificar aquellas accesiones que mostraran una mayor productividad en condiciones de secano, soportando períodos de sequía de 4 a 6 meses.

Para evaluar estas variedades de alfalfa, los investigadores emplearon técnicas de fenotipado aéreo y terrestre de última generación. Utilizaron sensores avanzados, índices de vegetación como el NDVI, cámaras RGB y térmicas, y drones equipados con sensores especializados. Estas herramientas permitieron una evaluación precisa y detallada de cómo cada variedad de alfalfa se adaptaba a condiciones extremas.

Hallazgos Clave y Aplicaciones Prácticas 

El estudio reveló que ciertas variedades de alfalfa mostraban una adaptabilidad notable a períodos prolongados de sequía, demostrando variaciones genéticas significativas en el rendimiento de forraje y otros rasgos importantes bajo condiciones de secano y riego. Los índices de vegetación NDVI y RGB mostraron una correlación alta con el rendimiento de forraje, mientras que la temperatura del dosel se relacionó negativamente con este. Estos hallazgos sugieren que seleccionando el material genético adecuado, la alfalfa puede ser un cultivo de forraje viable incluso en sistemas de producción de secano.

Con 30 a 35 millones de hectáreas cultivadas en más de 80 países, la alfalfa es un forraje perenne esencial. Este estudio no solo destaca su potencial en ambientes mediterráneos de secano sino que también subraya la importancia de la diversidad genética para la adaptación a los desafíos climáticos. Además, la investigación continúa con el proyecto "Nueva variedad de alfalfa tolerante al estrés hídrico", lo que promete más avances en este campo.

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