Investigadores buscan controlar malezas en trigos, arroz y legumbres utilizando inteligencia artificial

Al integrar inteligencia artificial en la gestión de cultivos, no solo se busca mejorar la eficiencia agrícola, sino también reducir el impacto ambiental de la agricultura, sentando un precedente para futuras innovaciones en el sector.

En la vanguardia de la innovación agrícola, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA Quilamapu) en Chillán, Chile, ha lanzado un proyecto pionero para combatir las malezas en cultivos clave como el arroz, trigo y legumbres. Este artículo explora cómo este proyecto, respaldado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), está utilizando la inteligencia artificial y la identificación digital para reducir el uso de agroquímicos, marcando un hito en la agricultura sostenible.

Uso Innovador de la Inteligencia Artificial 

Dirigido por el especialista en malezas Lorenzo León, el proyecto aplica tecnologías de vanguardia en entornos de producción real. Su enfoque principal es la identificación de malezas mediante inteligencia artificial y la creación de mapas detallados para la aplicación localizada de herbicidas. Estos mapas se integran luego en planes de vuelo para drones agrícolas, una herramienta que está ganando relevancia significativa en la agricultura moderna.

Chile ha registrado un uso excesivo de herbicidas, superando incluso los estándares de la FAO y de países desarrollados. El proyecto de INIA Quilamapu aborda esta problemática buscando mantener la eficacia en el control de malezas mientras reduce la dependencia de agroquímicos. El equipo liderado por León está enfocado en disminuir el promedio de siete kilos de ingrediente activo por hectárea a cifras más sostenibles.

Lorenzo León agregó que “si bien hay países que manejan cifras incluso más altas que nosotros, la idea es continuar en una tendencia de uso descendente sobre estos productos”.

Este proyecto, que dura 36 meses, no solo se centra en los aspectos técnicos sino también en la interacción constante con los agricultores. El enfoque es transferir tecnologías a través del diálogo, ajustándose a las necesidades específicas de los cultivos de trigo, arroz y legumbres.

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