Desarrollan biotecnología para recuperar cobalto y níquel

Proyecto BioElectroTor de la UAI busca recuperar cobalto y níquel desde relaves mineros con biotecnología, impulsando la minería circular en Chile.

Con el objetivo de aprovechar los relaves mineros como una fuente secundaria de minerales críticos, la Dra. Javiera Toledo, académica de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), lidera el proyecto “BioElectroTor”, orientado a la recuperación de cobalto y níquel mediante biotecnología aplicada.

Biotecnología aplicada a la minería circular

El proyecto “BioElectroTor” se ejecuta en el Laboratorio de Medioambiente UAI (campus Viña del Mar) y en la escuela Mina Planta Chancón, en la Región de O’Higgins. Su objetivo es desarrollar un proceso de biolixiviación electroasistida sin oxígeno, utilizando un sistema bioelectroquímico combinado con un biorreactor de tornillo rotatorio.

“El sistema permite reemplazar el oxígeno por el uso de electrodos polarizados, los cuales estimulan el crecimiento bacteriano y facilitan la solubilización de los metales de interés, como el cobalto y el níquel presentes en los relaves”, explicó la Dra. Toledo, Ph.D. en Biotecnología y Microbiología.

El proyecto cuenta con la colaboración de los Drs. Miguel Herrera y Héctor Zúñiga (UAI) y del Dr. Jimmy Martínez (Universidad de La Frontera), además del apoyo de las empresas KeyProcess y Antofagasta Minerals, que aportan muestras de relaves reales para validar el proceso a escala piloto.

Metales estratégicos para la transición energética

El cobalto y el níquel son considerados minerales estratégicos para la fabricación de baterías de ion-litio, utilizadas en vehículos eléctricos, sistemas de almacenamiento de energía y dispositivos electrónicos. Su recuperación a partir de residuos mineros representa una oportunidad para impulsar la minería circular y reducir el impacto ambiental de los relaves.

“Estos depósitos constituyen un problema histórico de contaminación ambiental. Recuperar metales desde ellos no solo reduce pasivos, sino que genera valor y nuevas oportunidades tecnológicas”, subrayó la investigadora.

Potencial de recuperación en Chile

De acuerdo con datos de Sernageomin, solo los relaves inactivos de las regiones de O’Higgins y Antofagasta tendrían el potencial de recuperar 17,3 kilotoneladas de cobalto y 54,6 kilotoneladas de níquel, respectivamente.

“Según estudios preliminares, es posible encontrar hasta 400 gramos de cobalto y 130 gramos de níquel por tonelada de relave, aunque esto depende de la antigüedad y procedencia del depósito”, detalló Toledo.

Actualmente, Chile cuenta con más de 700 depósitos de relaves, de los cuales 480 están inactivos, acumulando 2.263 millones de toneladas. Cada año se generan aproximadamente 500 millones de toneladas adicionales, cifra que podría aumentar a 900 Mt anuales en 2026.

Proyección y colaboración futura

El cobalto ha sido clasificado por la Unión Europea como Materia Prima Crítica, mientras que la demanda global de níquel y cobalto se duplicará hacia 2040, impulsada por la electromovilidad y las energías renovables.

“La recuperación de estos metales desde relaves representa una oportunidad tecnológica y económica para posicionar a Chile como un referente en el mercado global”, enfatizó la académica.

Dependiendo de los resultados del proyecto, se espera concretar un acuerdo de colaboración formal entre la UAI y las empresas asociadas, para avanzar en el escalamiento y automatización del sistema BioElectroTor. El foco estará en el diseño del reactor, la materialidad de los componentes y la detección temprana de puntos críticos para optimizar su desempeño industrial.

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