Naturaleza Protegida
Por Agustín de VicenteCon seguimiento satelital buscan identificar riesgos y rutas clave de los flamencos altoandinos

Desde 2017, el Zoo Nacional y Filantropía Cortés Solari han instalado 24 transmisores satelitales a flamencos altoandinos. La información obtenida permite conocer sus rutas migratorias, zonas de anidación y principales amenazas para su conservación.
En el corazón del altiplano chileno, una iniciativa de conservación avanza con pasos firmes. Se trata de la “Campaña Flamencos Altoandinos 2025”, liderada por el Zoo Nacional de Parquemet en conjunto con Filantropía Cortés Solari, cuyo objetivo es proteger a las especies de flamencos que habitan en la Reserva Nacional de Flamencos, en la Región de Antofagasta.
Entre el 21 y 25 de abril, biólogos, veterinarios y guardafaunas especialistas realizaron la instalación de cuatro nuevos transmisores satelitales: dos en flamencos de James y dos en flamencos andinos. Con estos dispositivos, ya suman 24 ejemplares monitoreados desde que comenzó el programa en 2017. Los transmisores, que pesan solo 30 gramos, permiten conocer en tiempo real la ubicación, velocidad y altura de vuelo de estas aves, y tienen una duración de hasta siete años.
La iniciativa no solo contempla el monitoreo científico, sino también un fuerte componente educativo y comunitario. Durante la campaña, se tomaron muestras sanitarias para detectar influenza aviar y de Newcastle, se realizaron exámenes físicos completos y talleres en escuelas locales. Las actividades científicas se centraron en la Laguna Chaxa, un punto clave para la biodiversidad del salar de Atacama.
Información clave para la conservación
La información recopilada ha permitido identificar más de 100 sitios prioritarios para la conservación de los flamencos en Chile, Bolivia, Perú y Argentina. Entre ellos destacan el Monumento Natural Salar de Surire, la Reserva Nacional Los Flamencos y el Parque Nacional Nevado Tres Cruces. Estos humedales cumplen un rol vital en el ciclo de vida de estas aves, al ser zonas de alimentación, reproducción, crianza y refugio.
El ministro de Vivienda y Urbanismo, Carlos Montes, destacó la relevancia del trabajo liderado por el Zoo Nacional, subrayando que “esta acción es una muestra concreta del compromiso con la conservación de fauna en peligro, como el flamenco altoandino, y con el involucramiento de las comunidades locales, en particular del pueblo Lickanantay”.
Educación ambiental con impacto local
Uno de los pilares del proyecto es el programa educativo “Guardianes de los Flamencos Altoandinos”, que en esta edición reunió a cerca de 150 estudiantes de cuarto año básico de las escuelas E-26 de San Pedro de Atacama y Toconao. Desde su implementación, más de 800 niños, niñas y adultos han participado en actividades formativas sobre la importancia ecológica y cultural de los flamencos.
Francisca Cortés Solari, presidenta ejecutiva de Filantropía Cortés Solari, enfatizó la importancia de proteger especies vulnerables en territorios clave como la reserva Puribeter. “Los flamencos son aves emblemáticas para los pueblos atacameños y cumplen funciones esenciales para el equilibrio de los ecosistemas altoandinos”, indicó.
Campañas que dejan huella
Uno de los hitos más relevantes de la campaña anterior, realizada en abril de 2024, fue la instalación del primer transmisor satelital a un flamenco chileno, lo que amplía la cobertura del programa y su valor científico. Con cada nueva campaña, los investigadores logran mapear de manera más precisa las rutas de vuelo, lo que contribuye a la conectividad genética entre poblaciones y al diseño de estrategias de conservación más efectivas.
Este esfuerzo colaborativo es apoyado por la iniciativa SAFE Flamencos Altoandinos de la AZA y por Zoo Conservation Outreach Group (ZCOG), junto al respaldo permanente de la comunidad indígena Lickanantay de Toconao, custodios del territorio y defensores del ecosistema altoandino.
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