Naturaleza Protegida
Por Valentina Lagos , 17 de octubre de 2025 | 09:30Mirounga leonina: ¿Sabías que hay elefantes en el extremo sur de Chile?
No son los elefantes que todos imaginamos: se trata de un mamífero marino que habita nuestras costas australes y su presencia es un indicador de la salud de los ecosistemas marinos.
Su trompa inflable, llamada probóscide les da el nombre de “elefante marino”, pero se trata de una especie distinta: Mirounga leonina. Este coloso que puede llegar a pesar hasta 4 toneladas, se distribuye en nuestro país en la Patagonia, Tierra del Fuego, y también se han visto registros esporádicos en la Región de los Ríos, aunque su distribución es mucho más amplia y se puede encontrar en las costas de Argentina, Nueva Zelanda, Tasmania, Georgia del Sur y Sudáfrica.
Su calendario va alternando entre mar y tierra. En septiembre y noviembre ocurre la reproducción, es la instancia donde los machos llegan a los territorios a marcar y defender sus espacios. Formando harenes, donde cada hembra tiene una sola cría. Luego entre diciembre y marzo, viene la muda de pelaje. Durante la fecha de lactancia, que dura de tres a cuatro semanas, las crías pueden subir cerca de cuatro kilos por día, mientras las madres ayunan y usan sus reservas de grasa.
El resto del año lo pasan en el océano, cerca del 80% de su vida transcurre lejos de la costa. Son nadadores eficientes y bucean hasta 200 metros para conseguir alimento. En Chile, su dieta incluye peces muy conocidos como el congrio negro, la merluza común, la bacaladilla, la brótola, el jurel, la sardina y el róbalo. Es considerado un bioindicador porque, como es un gran depredador del océano, su población refleja de forma directa la salud y la abundancia del ecosistema marino donde habita.
Con respecto a sus principales amenazas dentro del país, destaca la disminución de presas, relacionado estrechamente con el cambio climático y la pesca industrial, además de la perturbación por turismo. Si avistas elefantes marinos, recuerda que nosotros somos solo visitantes, por lo que debemos respetar su espacio y mantener distancia, ya que cuidarlos es también proteger el océano del que dependemos.
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