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Por Agustín de VicenteMás de 5 millones de toneladas de alimentos serían desperdiciados en Chile: ¿Qué pueden hacer las empresas?

Incorporar tecnología y estrategias de eficiencia podría revertir esta tendencia y aportar a la seguridad alimentaria y al medioambiente.
En Chile, se desperdician alrededor de 5 millones de toneladas de alimentos al año, de acuerdo con el estudio “Desperdicio alimentario en Chile 2024”, elaborado por el académico Daniel Durán. Esta cifra, que se alinea con el promedio regional reportado por la FAO —que señala que un tercio de los alimentos producidos en América Latina y el Caribe termina en la basura— pone de relieve una problemática estructural: la ineficiencia en toda la cadena alimentaria, desde la producción hasta el consumo final.
Según el informe, los principales puntos de pérdida en la cadena alimentaria chilena son:
Etapa de la cadena | Porcentaje estimado de pérdida | Principales causas |
---|---|---|
Producción primaria | 10% – 15% | Exceso de cosecha, falta de mecanización, condiciones climáticas, escasos canales de venta |
Postcosecha y almacenamiento | 10% – 12% | Infraestructura deficiente, transporte inadecuado, falta de refrigeración |
Procesamiento y manufactura | 8% – 10% | Estándares estrictos, descarte por apariencia, errores de control de calidad |
Distribución y venta | 20% – 25% | Sobrestock, baja rotación, vencimiento próximo, problemas logísticos |
Consumo final (hogares y restaurantes) | 30% – 40% | Compras excesivas, planificación deficiente, desconocimiento sobre fechas de caducidad |
Estos datos demuestran que el problema no está solo en el campo o el supermercado, sino que se extiende a toda la cadena. La buena noticia: la tecnología y la innovación tienen el potencial de cambiar esta realidad.
El rol clave de las empresas: tecnología para una cadena alimentaria más eficiente
Diego Varrá, líder del área Food & Beverage de Ecolab Latinoamérica, afirma que el sector privado puede marcar una diferencia decisiva en la reducción del desperdicio:
“Las empresas tienen un rol fundamental en cambiar esta realidad. Con tecnologías seguras como tratamientos antimicrobianos, se puede constatar una reducción notable en el desperdicio y mejorar la productividad de un sector clave en Chile”.
Estos tratamientos permiten extender la vida útil de productos perecibles como carnes, pescados y alimentos listos para el consumo, lo que disminuye la cantidad de alimentos descartados prematuramente. Además, aportan a varios objetivos estratégicos:
Beneficios de una gestión eficiente del desperdicio alimentario
Ahorro económico
Una planificación logística y de almacenamiento adecuada reduce pérdidas y optimiza los costos operacionales.
Mayor seguridad alimentaria
Al prolongar la vida útil de los alimentos sin comprometer su inocuidad, es posible redistribuir productos y combatir el hambre de forma segura.
Reducción del impacto ambiental
Evitar que los alimentos lleguen a vertederos reduce la emisión de metano, un gas 25 veces más potente que el CO₂. Además, se evita el desperdicio de recursos como agua y suelo.
Impulso a la economía circular
Los residuos orgánicos pueden transformarse en compost, biogás o incluso ingredientes para cosméticos o bebidas, fomentando nuevas oportunidades de negocio sostenibles.
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