¿Conoces al pastor magallánico?: Así es el cuidador de las ovejas de la patagonia

Entre las estepas del sur del mundo, donde el viento y la lluvia ponen a prueba a quienes trabajan la tierra y sus ganados, aparece un gran aliado que se ha convertido en un pilar esencial del pastoreo ovino, un perro patagónico que es mucho más que un guardián: es parte viva de

Las condiciones climáticas extremas de la Patagonia pareciera ser una de las principales amenazas que enfrenta el mundo ovino. En los confines del mundo, las nevadas y las lluvias intensas, son factores importantes que afectan a quienes se dedican a la crianza de ovejas. Sin embargo, la depredación por parte de pumas, zorros y perros asilvestrados es un problema que igualmente forma parte de los desafíos de los productores. Es aquí cuando aparece un gran amigo tanto para los ovinocultores cómo para las mismas ovejas: el pastor magallánico.

Este canino proveniente de la Patagonia occidental, comienza su origen a fines del siglo XIX, cuando llegaron grupos de personas vinculadas a la colonización europea y al pastoreo de ovejas, quienes necesitaron apoyo especial en esta labor. Con el pasar de los años, los primeros perros importados que llegaron a esa zona fueron cruzados con ejemplares capaces de desarrollar las labores de pastoreo y que pudieran resistir el clima helado de la Patagonia, siendo de esta manera como se fue desarrollando el Pastor Magallanico.

Este ejemplar, es utilizado principalmente para el manejo de las ovejas, guiandolas al rebaño en largas distancias y también para protegerlas de depredadores. Se caracteriza por su inteligencia y por su comportamiento sumiso, obediente y fiel con su cuidador, pero a la vez, es un gran líder y guardián vigilante con el rebaño, lo que lo transforma en un aliado ideal para esta tarea, ya que puede seguir el ritmo de los arrieros a caballo incluso por más de 30 kilómetros al día, sin separarse de las ovejas. 

Es así como este nativo de la región de Magallanes, se ha vuelto el guardián silencioso de los rebaños, gracias a su ayuda, los ovejeros han podido mantener una tradición por generaciones.

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