Desde Concepción impulsan el despegue del hidrógeno verde en Chile

La Universidad Católica de la Santísima Concepción avanza hacia la operación total de su planta de hidrógeno verde.

En el marco del Día Mundial del Hidrógeno, que se celebró el 8 de octubre, la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC) consolidó su liderazgo en el sur del país con el desarrollo científico y tecnológico en torno al hidrógeno verde, gracias a su planta piloto, la primera instalada en una universidad chilena, que hoy se prepara para operar a plena capacidad.

“Estamos en la última etapa de puesta en marcha. Esperamos que a fines de noviembre la planta alcance los 400 bar, su presión máxima, y quede operativa al 100%”, explicó el director del Centro de Energía UCSC, Dr. Ricardo Lizana. La iniciativa, financiada por el Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) del Gobierno Regional del Biobío, “ya ha tenido un impacto significativo, especialmente en la formación práctica de personas que hoy conocen los equipos, los sistemas de seguridad y las celdas de combustible”, agregó.

Por su parte, el Centro de Energía se ha convertido en un espacio de aprendizaje e innovación donde investigadores, estudiantes y profesionales desarrollan proyectos, como celdas de combustible para grúas horquilla en el marco de un proyecto FONDEF. “Esto nos permite crear un ecosistema de desarrollo en torno al hidrógeno que integra formación, investigación y vinculación con la industria”, detalla el Dr. Lizana.

Un pilar clave es la formación de capital humano especializado, imprescindible para sostener la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde y asegurar capacidades locales: “Formar capital humano no solo permite operar la tecnología, sino también crearla”, enfatiza el académico. “Chile tiene la oportunidad de pasar de una economía extractiva a una de innovación, exportando conocimiento, sustentabilidad y tecnología, no solo la molécula de hidrógeno”.

De cara a los próximos meses, el Centro de Energía de la UCSC enfocará sus esfuerzos en fortalecer la transferencia tecnológica y consolidar un ecosistema regional que conecte ciencia, industria y sostenibilidad. “Nuestro objetivo inmediato es operar la planta en alta presión, pero la meta de fondo es seguir desarrollando tecnología y aplicaciones con impacto real en la economía local”, adelanta el Dr. Lizana.

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