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Por Dominique Barra , 4 de noviembre de 2025 | 12:34Frutas y verduras deformes o con manchas son igual de saludables: ¿cómo evitar el desperdicio de alimentos?
Acciones simples en los hogares podrían reducir las pérdidas y desperdicios de frutas y verduras, permitiendo mejorar la seguridad alimentaria y proteger el medio ambiente.
El desperdicio de alimentos representa un problema mundial que afecta la seguridad alimentaria, el uso eficiente de los recursos naturales y la sustentabilidad ambiental. En este contexto, las frutas y verduras son especialmente vulnerables a ser descartadas por razones estéticas, a pesar de mantener intactas sus propiedades nutricionales.
Uno de los principales mensajes es que las frutas y verduras deformes o con manchas son igualmente saludables desde el punto de vista nutricional. La apariencia externa no determina la calidad del alimento, por lo que estos productos merecen una oportunidad en lugar de ser descartados.
Para evitar el desperdicio en los hogares, se recomienda consumir frutas y verduras de la estación, que son más sabrosas, nutritivas y baratas. La planificación de las compras de acuerdo a lo que se consumirá durante la semana y preparar la cantidad justa de alimentos son acciones fundamentales.
Es importante lavar muy bien las frutas y verduras y congelar en pequeñas cantidades aquellas que no se consumirán de inmediato. Además, se aconseja utilizar al máximo las hojas y tallos de las verduras y consumir las frutas con cáscara, aprovechando al máximo cada parte comestible.
El almacenamiento adecuado es clave para extender la vida útil de los alimentos. Cada producto requiere una temperatura específica: algunos necesitan temperatura ambiente, otros refrigeración o congelación. Leer las etiquetas y fijarse en la fecha de caducidad y el modo de almacenamiento permite evitar que los alimentos se echen a perder prematuramente.
Cuando las frutas y verduras ya no puedan consumirse frescas, existen alternativas para aprovecharlas. Una opción moderna es la distribución a través de bancos de alimentos, que permite llegar con alimentos en condiciones aceptables para el consumo a poblaciones vulnerables, integrando un componente social relevante.
Desde la producción hasta la compra, también hay acciones que contribuyen a reducir las pérdidas: la planificación del cultivo, la implementación de buenas prácticas de transporte y almacenamiento, y la promoción de la venta directa al consumidor, que significa mejores precios y calidad para el comprador y más ganancias para el productor. Comprar directamente al productor permite disfrutar del sabor, aroma y frescura real de las frutas y verduras.
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