Arquitecto de la UCN analizó el futuro del desarrollo de las viviendas sociales

Esta pandemia ha reflejado algunas deficiencias que tienen las viviendas sociales actualmente.

El académico de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica del Norte (UCN), Larry Games Díaz, abordó las enseñanzas y desafíos que ha dejado la llegada del COVID-19 en la construcción de viviendas y diseño urbano, en especial en los sectores más vulnerables.

Frente a este escenario, el arquitecto y magíster en Diseño Urbano, explicó que la solución no pasa necesariamente por aumentar el tamaño de las viviendas, sino más bien en fortalecer los espacios comunes que comparten estos conjuntos habitacionales.

“Creo que la vivienda social debe mutar a ser unidad de vivienda en densidad media. Es decir, pasar de la casa al departamento, debido al costo del terreno. Lo segundo, es rescatar de forma importante el ‘espacio común primario’”, añadió Games.

Además, el especialista explicó que en vivienda social el país “está al debe” en cuanto a lo requerido para que las personas puedan desarrollar su vida con calidad, tanto en términos de ventilación, asoleamiento en general y confort térmico, entre otras variables.

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Si bien el presupuesto para construcción ha aumentado en forma considerable en los últimos 20 años, aún sigue siendo insuficiente en cuanto a metros cuadrados, materiales y equipamientos. En este sentido, Larry Games añadió que la gran lección de la pandemia está en que el futuro del desarrollo de las viviendas sociales debe estar enfocado fuera de ellas y no dentro.

“Creo que muy pocas viviendas están preparadas para aminorar los efectos de la pandemia. El dormitorio se volvió cama, comedor, oficina, sala de clases y de juego; y esto es imposible de sostener por mucho tiempo, y no significa que la vivienda deba prepararse para estos fines”, especificó el académico de la UCN.

Importancia del entorno

El arquitecto indicó que el entorno y diseño urbano deben venir de una política urbanística que incorpore suelo para la vivienda social en toda la superficie de las ciudades y a medida que estas crecen. 

“Cuando se logra esta mejor distribución de los suelos, los beneficios vienen solos, asociados a un mejor equilibrio social, cultural y económico de todos. No se trata de una fórmula o la solución definitiva, pero es una manera de pensar en el futuro del crecimiento de las ciudades”, dijo el arquitecto.

Además, agregó que el entorno de las ciudades en general ya está definido y no se puede “ampliar”, solo se puede ocupar de mejor manera. 

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