5 formas de ser más sustentables empezando desde la cocina

Una vida ecológica puede comenzar desde pequeñas acciones en nuestros hogares.

Cuando hablamos de sustentabilidad pensamos en que todos deberíamos comer frutas y verduras cultivadas en nuestros propios patios, pero ser ecológico puede ser más fácil de lo que pensamos y podemos partir cambiando pequeños hábitos en nuestras cocinas.

Si bien, las empresas son responsables de la gran mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero, nosotros también podemos marcar la diferencia ajustando nuestros hábitos hacia unos más amigables para el medio ambiente. En este sentido, podemos revisar cinco cosas que podemos hacer desde la cocina que nos ayudarán a ser más conscientes con los residuos que generamos en la casa.

Compra productos de agricultores locales

Las frutas y verduras importadas traen consigo una huella de carbono imborrable debido a las rutas de transporte, el uso de plásticos como envoltorios y todos los procesos que se llevan a cabo para luego terminar a la venta en un supermercado. 

Es por esto que para tener una despensa más sustentable se recomienda comprar a agricultores locales que podemos encontrar en ferias y mercados que nos pueden proveer de deliciosos productos que aumentan nuestra biodiversidad alimentaria.

Empieza a compostar

El compostaje no es tan complicado como parece, ya que solo se trata de seleccionar y guardar los restos de comida orgánica en vez de tirar todo junto a la basura. Luego de tratar estos residuos pueden ser utilizados como fertilizantes naturales ideal para aplicarlos en la jardinería. 

¿Qué puedo compostar? Los desechos de alimentos orgánicos, como cáscaras de frutas y verduras, cáscaras de huevos, cáscaras de frutos secos, e incluso restos de vino y cerveza pueden añadirse a un recipiente separado del resto de la basura o compostera y convertirse en tierra rica en nutrientes para tu jardín.

Invierte en bolsas de basura biodegradables

Si no puede reciclar o compostar tus desechos, una buena opción es utilizar bolsas biodegradables, que se descomponen por bacterias u otros organismos vivos. Básicamente, es otra forma de limitar nuestra dependencia de los productos de plástico de un solo uso que no se descomponen.

Hay una gran cantidad de bolsas en el mercado y una muy buena opción son los productos del emprendimiento chileno ‘’I Am Not Plastic’’ que van desde bolsas de basura, bolsas para almacenar alimentos con cierre hermético hasta bolsas para los desechos de las mascotas.

Detergente a partir de cáscaras de cítricos

Ya sabemos que estos elementos pueden ser compostados, pero también podemos darle una nueva vida a las cáscaras de limones y naranjas, transformándolas en productos de limpieza caseros que te ayudarán a deshacerte de la grasa y el óxido que se acumula en los utensilios.

La receta es fácil de seguir ya que sus ingredientes principales son los restos de los cítricos, vinagre blanco destilado y las ramitas de alguna hierba aromática como el romero, que se deben hervir y luego almacenarse en una botella de plástico reciclada con un atomizador para esparcirlo sobre las superficies. 

Elige herramientas de limpieza más ecológicas

En Chile, el 11% total de los residuos generados en el país corresponden al papel, por lo que podemos reemplazar servilletas y toallas por paños reutilizables que cumplen la misma función pero que no terminan convertidos en desechos después de un sólo uso.

Lo mismo sucede con las esponjas de cocina, que si bien tienen un tiempo de duración más largo, desprenden microfibras que son tóxicas para los ecosistemas una vez que llegan al mar, por lo que recomendamos cambiarlas por esponjas fabricadas de yute o fibra de coco, que disminuyen el impacto que generan estos elementos de uso cotidiano.

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