Pingo-pingo: la hierba chilena que podría curar el cáncer

Nativo de Chile, el pingo-pingo es una planta que crece salvaje en el territorio y que tiene propiedades anticancerígenas muy efectivas que maravillan a la ciencia.

Entre las praderas y lechos de los ríos del campo chileno crece el pingo-pingo, un arbusto ramoso que forma parte del paisaje de nuestro país. En el norte crece pequeño y compacto, y en el sur donde abunda la humedad crece como estacas verdes que salen desde el suelo. 

El pingo-pingo es una planta abundante que es autóctona de Chile. Pertenece al género de las ephedras, que son plantas medicinales con características psicotrópicas de nuestro planeta. La ephedrina es una sustancia estimulante que se extrae de estas plantas, y que es regulada como droga en algunos países. 

Pero curiosamente el pingo-pingo chileno es libre de ephedrinas, lo que lo convierte en una interesante alternativa para disfrutar de una infusión: según el Ministerio de Salud de Chile, esta planta es efectiva para tratar resfriados, dolores de estómago y problemas urinarios.

Científicos chilenos de la Universidad Católica de Valparaíso descubrieron que el pingo-pingo tiene propiedades muy efectivas para sanar las lesiones del cáncer. Tiene efectos citotóxicos, esto quiere decir que el extracto de pingo-pingo puede destruir las células cancerígenas y utilizarse en fármacos a futuro. 

A nivel mundial, las ephedras como el pingo-pingo son reconocidas por ser fuente de compuestos antibacteriales, antiinflamatorios y antioxidantes complejos. Los antioxidantes nos reparan el daño causado por los radicales libres, que son moléculas inestables que nuestro cuerpo produce naturalmente.

Otra hierba que contiene muchos antioxidantes es el orégano, y que brinda más vitamina C que las naranjas. 

El MINSAL recomienda consumir esta hierba en forma de infusión, que se puede preparar con una cucharada del vegetal para 1 litro de agua hirviendo. Se puede beber hasta 3 veces al día.

El pingo-pingo tiene muchos beneficios para tu salud, pero la ciencia recomienda siempre consumir las plantas medicinales con moderación para evitar efectos adversos. 

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