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Por Makarena CeledónLa Ruta Educativa: micro transporta experiencias pedagógicas a zonas rurales de Valparaíso
El principal objetivo es aportar a la educación de los sectores con más necesidades.
Carolina Palma Elizalde es una profesora de educación diferencial que, al inicio de la pandemia, decidió independizarse y comenzar su propio centro de estimulación cognitiva, realizando clases particulares a domicilio a distintos estudiantes.
Al ver que su trabajo solo daba cabida a un público que podía cancelar las consultas, y que muchos niños, niñas y jóvenes en situación de vulnerabilidad no tenían acceso a internet, ni a consultas de salud mental durante la crisis sanitaria, es que ideó la Ruta Educativa.
La Ruta Educativa (@laruta_educativa) consiste en una micro reacondicionada como una escuela móvil que recorre distintas comunidades vulnerables y rurales del litoral central, exactamente entre las comunas de San Antonio y Algarrobo, en la región de Valparaíso. Lugares donde no hay buen acceso a internet, la locomoción es escasa y las familias no cuentan con equipos conectarse a clases online.
Su principal objetivo es aportar a la educación de los sectores con más necesidades, junto con entregar un soporte emocional y actividades recreacionales a la comunidad que participa de sus jornadas.
Para esto, la iniciativa cuenta con un equipo multidisciplinario con distintos especialistas como profesores, psicopedagogos/as, asistentes sociales, productores musicales, psicólogos, kinesiólogos, estudiantes de medicina, e incluso payasos y malabaristas.
De esta manera, entregan una asistencia completa a las familias de las comunidades en las distintas necesidades que presenten, prestándoles apoyo emocional, ayudándolos en un proceso de alfabetización digital y asistencia social para que puedan acceder a los distintos beneficios disponibles.
¿Cómo funciona la ruta?
El itinerario general de la Ruta Educativa comienza entregando desayuno saludable a quienes participen de la instancia, donde también aprovechan de conocerse. Luego de esto, los profesionales se dedican a trabajar directamente desde las necesidades, dificultades y habilidades que los y las estudiantes presenten en el área educativa, además de contemplar la orientación que necesiten sus apoderados.
Posteriormente realizan un receso, donde los niños y niñas reciben una colación y disfrutan un show como parte de la contención emocional. Aquí participan animadores, payasos y malabaristas. También se desarrollan concursos y actividades donde los participantes reciben pequeños regalos y premios, junto con un taller de huerto autosustentable, donde el huerto queda en la comunidad para que lo continúen trabajando y sea significativo.
Estas y otras actividades son realizadas desde la autogestión, junto con el aporte de pymes de la zona, pequeñas empresas, vecinos y rifas que hace la misma organización.
Aspiraciones de la Ruta Educativa
Si bien la autogestión de esta organización educativa es fuerte, no ha sido suficiente para lograr una constancia que pueda potenciar aún más el aprendizaje de los niños y niñas de estos sectores del litoral central.
Carolina afirma que al equipo de la Ruta Educativa le gustaría que sus visitas pudieran ser más seguidas, ojalá tres veces a la semana o contar con espacios definitivos en las comunidades donde puedan asistir a quienes lo necesiten. Es por esto que han solicitado y esperan la ayuda de grandes empresas y/o municipalidades para que apoyen en la instalación de ecoaldeas.
“Hay un corazón super grande para apoyar, tenemos el recurso humano que es lo más importante. Lo que nos falta es el apoyo de grandes empresas o municipalidades, que nos puedan apoyar a lo que nosotros aspiramos: concretar ecoaldeas en cada comunidad rural donde podamos entregarles lo necesario a estas familias y ser un gran aporte en esta crisis educacional”, comentó Carolina.
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