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Por Agustín de VicenteProyecto de protección ambiental de turberas está listo para ser ley
Las turberas además son una importante fuente de captura de metano (CH4), un gas de efecto invernadero que tiene un potencial de calentamiento global 25 veces mayor al CO2.
En una era marcada por el cambio climático y la pérdida acelerada de biodiversidad, Chile se posiciona en la vanguardia de la conservación ambiental con la promulgación de la ley de protección de turberas. Este hito legislativo, fruto de un compromiso transversal, marca un avance significativo en la protección de estos ecosistemas críticos.
Las turberas, que en Chile se pueden encontrar entre las regiones de La Araucanía y Magallanes, representan entre el 50% y 70% de los humedales en el mundo.
Esta ley prohibe la extracción de turba a nivel nacional y establece directrices para el uso sustentable de los musgos Sphagnum, esenciales para la salud de las turberas.
Las turberas no son solo ecosistemas de una belleza natural incomparable, sino también aliados críticos en la mitigación del cambio climático. Actúan como reservorios de carbono, capturando y almacenando grandes cantidades de CO2 y metano, gases responsables del efecto invernadero. Se estima que metano (CH4), un gas de efecto invernadero que tiene un potencial de calentamiento global 25 veces mayor al CO2. Por ello, cuando se extrae la turba se libera CO2 y CH4 a la atmosfera, eliminando los beneficios de la acumulación de gases de efecto invernadero en su interior.
La protección de estas áreas es esencial para conservar la biodiversidad única de Chile y para la purificación del agua, evidenciando su rol insustituible en la salud ecológica global.
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