Cómo el buen uso de residuos está ayudando a disminuir la huella de carbono de las empresas chilenas

El reciclado de alimentos mediante el compostaje y la digestión anaeróbica no sólo combate el desperdicio de alimentos, sino que también reduce significativamente la cantidad de contaminantes emitidos.

Hace ya varios años, la Organización de Naciones Unidas (ONU), inició una importante discusión sobre los efectos de la contaminación en el planeta. En el último informe elaborado por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) se hizo un llamado a actuar inmediatamente y a formular soluciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. 

De acuerdo con el Ministerio del Medio Ambiente la medición de huella de carbono nace como una medida de cuantificar y generar un indicador de impacto que tiene toda actividad o proceso sobre el cambio climático, es decir muestra el camino ambiental que se produce para generar la producción.

Diversos estudios estiman que la producción de alimentos es responsable de más de un cuarto de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, principalmente con la ganadería y la pesca, representando el 31% del total. La investigación “Global greenhouse gas emissions from animal-based food are twice those of plant-based foods”, afirma que el sistema alimentario genera alrededor del 35% de los contaminantes emitidos. 

Jadille Mussa, Académica Arquitectura del Paisaje U.Central, destaca la importancia de las conductas ambientales adecuadas, “Cuando se generan en la estandarización de procesos ayuda a tener ventajas comparativas en la producción limpia de la empresa. En especial los sistemas de gestión ambiental ISO 14001 y en específico el cuerpo 14064” 

¿Cuáles son las mejores técnicas para disminuir las emisiones de efecto invernadero?

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), define al compostaje como una técnica de descomposición controlada, gracias a la materia orgánica procedente de alimentos, residuos agrícolas, etc.

Según el Informe del Banco Mundial “Qué desperdicio 2.0” (World Bank Report “What a Waste 2.0”, 2018), a nivel mundial, solo el 5,5% de los residuos se compostan -y en Chile sólo el 0,4%-, por otra parte, el reporte Food Wastage Footprint: Impacts on Natural Resources (2013), afirma que el compostaje doméstico puede recuperar potencialmente hasta 150 kg de residuos de alimentos por hogar al año.

Con el propósito de fortalecer su política de sustentabilidad, Millantú, empresa nacional de frutos secos, incorporó en sus procesos la recuperación de las cáscaras de avellanas para transformarlas en compost, además de reutilizar el aceite usado anteriormente, luego de que el estudio de huella de carbono determinará que las áreas que más emiten emisiones dentro de la empresa era el transporte y la cantidad de aceite usada en los procesos productivos. 

Sebastian Montes, Gerente de Operaciones de Millantú, aseguró que “la práctica de transformar las cáscaras de avellanas en tierra es una acción que siempre hemos tomado como empresa. En cambio, la reutilización del aceite de desecho en los procesos significó un ahorro del 80% en el consumo de gas en la planta impactando directamente en un ahorro en los gases de efecto invernadero”.

Jadille Mussa, Académica Arquitectura del Paisaje U.Central, destaca los beneficios de “El implementar acciones climáticas en el mejoramiento de los procesos productivos a nivel de producción ayudaría a conocer e identificar los puntos críticos de control ambiental y el abordarlo y gestionarlo podría traer mejoras en la logística, mejora en la gestión de los residuos, reducción de costos operativos de retiro de residuos, entre otros”.

El compostaje es una herramienta poderosa para las empresas chilenas en la lucha por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El camino hacia un futuro más sustentable comienza con pequeñas prácticas que contribuyen al bienestar del planeta.

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