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Por Javiera PizzoleoAmérica Latina necesita duplicar su capacidad instalada de hidroelectricidad al 2050

Un informe de OLADE sostiene que invertir en modernización, almacenamiento hidráulico y nuevas tecnologías fortalecerá la capacidad de enfrentar los desafíos climáticos y socioeconómicos.
América Latina tiene una de las matrices energéticas más renovables del mundo, con alrededor del 45% de la electricidad generada a partir de fuentes hidroeléctricas, capacidad que se debería duplicar al 2050 -hoy alcanza 203 GW-, con el objetivo de garantizar la estabilidad de la red.
Así lo señala un informe de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), que indica que tanto por la meta global de triplicar las energías renovables -como la solar y eólica, con presencia creciente en el continente-, como también por los retos de dotar de flexibilidad a nuevos sistemas, las centrales hidroeléctricas deben participar de forma muy significativa en los planes de expansión energética de los países.
“En tiempos de transición energética, donde se busca reducir la dependencia de los combustibles fósiles y disminuir las emisiones de carbono, la energía hidroeléctrica juega un papel crucial. Su capacidad para generar energía sin emisiones directas de carbono la convierte en una herramienta vital en la lucha contra el cambio climático. Además, las plantas hidroeléctricas pueden ser usadas para almacenar energía, facilitando la integración de otras fuentes renovables intermitentes, como la solar y la eólica”, explica Andrés Rebolledo, secretario ejecutivo de OLADE.
Pese a esta necesidad, el documento indica que se observan importantes desafíos relacionados con la gestión del parque hidroeléctrico como nuevas inversiones para viabilizar los aumentos de la capacidad, mejorar el rendimiento de las centrales existentes y modernizarlas.
Modernización de centrales
A pesar de sus beneficios, la energía hidroeléctrica no está exenta de desafíos, detalla el informe de OLADE. Entre ellos se encuentran el impacto ambiental, ya que la construcción de presas y embalses puede afectar los ecosistemas acuáticos y terrestres, así como desplazar a comunidades locales; y el cambio climático, que ha producido la variabilidad en los patrones de precipitación que puede afectar la disponibilidad de agua y, por ende, la capacidad de generación.
Un avance en este ámbito es el Estándar de Sostenibilidad Hidroeléctrica, que es un marco de evaluación y certificación que garantiza la responsabilidad en el desarrollo de la energía hidroeléctrica. Este protocolo impulsa el crecimiento responsable de esta fuente de energía esencial, equilibrando el progreso con la protección del medio ambiente.
Ya se está aplicando en la construcción de centrales en países como Brasil, Perú y Colombia.
Además, el informe de OLADE menciona la urgencia de modernizar el parque ya que muchas plantas hidroeléctricas existentes son antiguas. “Considerando que más del 50% de la capacidad instalada en la región de ALC tiene más de 30 años, existe la oportunidad de modernizar estos activos para aumentar su capacidad y resiliencia climática”, explica Andrés Rebolledo.
Añade que la modernización de las hidroeléctricas existentes, además, podría permitir la incorporación de sistemas de bombeo, maximizando su eficiencia y capacidad de almacenamiento. Esto prolongaría la vida útil de las instalaciones y desempeñaría un papel clave en la integración de las energías renovables en la región.
La nota técnica completa se puede descargar aquí.
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