Producción Responsable
Por Agustín de VicenteOnce empresas chilenas son distinguidas con el Certificado Azul por su gestión avanzada del agua

La iniciativa impulsada por la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático de Corfo reconoce los esfuerzos de empresas que lideran en eficiencia hídrica, alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En un nuevo hito para la sostenibilidad empresarial en Chile, once instalaciones pertenecientes a diez empresas de distintos sectores económicos fueron reconocidas con el Certificado Azul, una distinción que forma parte del Acuerdo de Producción Limpia (APL) enfocado en promover la gestión sustentable del recurso hídrico en procesos productivos y de servicios.
El reconocimiento fue otorgado por la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC) de Corfo, destacando a estas organizaciones por alcanzar el nivel 1 Avanzado de Medición de Huella de Agua. Además, por primera vez, una instalación logró alcanzar el nivel 2 Avanzado, consolidando su liderazgo en sostenibilidad hídrica a nivel nacional.
Las instalaciones reconocidas pertenecen a Agrocomercial Iansa, Cummins Chile, Empresa Portuaria de Antofagasta, Iansagro, Industrias Chilenas de Alambres, Joy Global Chile, Komatsu Chile, Komatsu Cummins Chile, Rendic Hermanos y Vulco, con presencia en las regiones de Antofagasta, Biobío, La Araucanía, Ñuble y Metropolitana.
“Este reconocimiento tiene un alto valor, ya que representa un trabajo colaborativo entre empresas y organismos públicos para avanzar en una transición hídrica justa. La gradualidad y la cooperación son pilares fundamentales del APL Certificado Azul”, destacó Sebastián Carvallo, subdirector de Producción Sustentable de la ASCC.
Cementerio Sendero lidera con primer Nivel 2 Avanzado
El Grupo Sendero, con su instalación en Villa Alemana (Región de Valparaíso), se convirtió en la primera empresa en Chile en alcanzar el Nivel 2 Avanzado del Certificado Azul, marcando un precedente en la gestión corporativa del agua.
“Este logro es fruto de una estrategia de sostenibilidad de largo plazo. Desde Arica hasta Temuco, hemos implementado acciones concretas para gestionar responsablemente los recursos críticos. Esperamos que muchas más empresas se sumen”, comentó Manuel Valdivieso, director del Grupo Sendero.
Estándares internacionales para una gestión hídrica eficiente
La certificación, con una vigencia de un año, se basa en la norma ISO 14046, que permite cuantificar la huella de agua, establecer líneas base y detectar puntos críticos en las operaciones y cadenas de valor. A partir de ese diagnóstico, las empresas implementaron medidas específicas para reducir su impacto, optimizando sus capacidades en gestión hídrica y análisis de ciclo de vida.
Hasta ahora, más de 90 empresas y 140 instalaciones se han adherido al APL Certificado Azul, abarcando sectores clave como agroindustria, minería, manufactura, industria láctea y servicios financieros. De ellas, 32 empresas ya lograron el Nivel 1, una alcanzó el Nivel 2 y otra se encuentra en proceso.
“El liderazgo que han demostrado estas empresas es un ejemplo concreto de cómo la acción climática puede generar valor para la sociedad y el desarrollo económico. La colaboración público-privada es esencial para avanzar en soluciones integrales frente a la crisis hídrica”, afirmó Andrés Pica, jefe de la División de Cambio Climático del Ministerio del Medio Ambiente.
Una alianza estratégica por el agua y el clima
El Certificado Azul forma parte del proyecto SuizAgua, en el marco del programa latinoamericano El Agua Nos Une, desarrollado por la ASCC y Fundación Chile, con apoyo de organismos como el Ministerio del Medio Ambiente, la DGA, INDAP, Corfo, ProChile, la CNR, Sofofa, la SNA, Sonami y Chilealimentos.
“Estas instancias reflejan el valor del trabajo conjunto para enfrentar desafíos ambientales complejos como la gestión del agua. Esperamos que más empresas se sumen a este camino”, expresó Carmen Herrera, jefa (s) de la División Legal de la Dirección General de Aguas (DGA).
Esta iniciativa se enmarca en el Plan de Adaptación para los Recursos Hídricos y en la Estrategia Climática de Largo Plazo 2050, contribuyendo directamente al cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 (Agua limpia y saneamiento) de la Agenda 2030.
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