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Por Paz RojasCientíficos elaboran bioplástico a partir de desechos vegetales
El material biodegradable resultante se asemeja a la composición del plástico PET, uno de los más usados en envases y botellas.
Los plásticos son generalmente materiales duros, resistentes a la corrosión y a los productos químicos, livianos y menos costosos, por lo que se han convertido en una excelente opción para el comercio. Pero todas sus propiedades se vuelven en un problema cuando al menos 14 millones de toneladas terminan en el océano cada año, lo que daña el medio ambiente y la biodiversidad.
Es por esto que Investigadores del Instituto Federal de Tecnología de Lausana (EPFL) y la Universidad de Recursos Naturales y Ciencias de la Vida de Viena, Suiza, han desarrollado con éxito un plástico a partir de biomasa, similar al PET, que cumple los criterios como alternativa ecológica a varios plásticos existentes.
En el proyecto, científicos de todo el mundo están trabajando en polímeros degradables o reciclables hechos de material vegetal no comestible, o "biomasa lignocelulósica".
¿Cómo se procesa la biomasa?
Lo que hace que el plástico sea único es la presencia de la estructura de azúcar intacta. Esto hace que sea increíblemente fácil de hacer porque no se deben modificar las moléculas que ya nos entrega la naturaleza y que son simples de degradar.
De esta forma, los científicos afirman que ‘‘cocinan’’ madera y otros materiales vegetales no comestibles, como desechos agrícolas, en productos alcohol deshidrogenado. De esta forma, pueden mantener intacta la estructura del azúcar dentro de la estructura del plástico y elaborar un material pegajoso que permite la construcción de bloques de este material.
El futuro del bioplástico
El bioplástico puede soportar temperaturas de hasta 100°C y debido a su estructura, también se puede reciclar químicamente y degradar de nuevo a azúcares inofensivos en el medio ambiente.
Los plásticos producidos podrían tener una amplia gama de usos, dicen los investigadores: desde envases para alimentos, textiles hasta medicina y electrónica. El equipo ya ha desarrollado películas de embalaje, fibras que podrían convertirse en ropa u otros textiles y filamentos para impresión 3D.
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