Chile da pasos importantes hacia la primera norma para regular concentración de arsénico

La regulación beneficiará a las ciudades donde operan las fundiciones de cobre, pues estas instalaciones de acuerdo al inventario de emisiones de fuentes puntuales representan el 99% de las emisiones de arsénico en el país.

Definido como un elemento químico, el arsénico se encuentra en la naturaleza -ya sea en minerales o metales- y también se libera en diversos procesos como la erosión o la erupción de volcanes. 

Está catalogado como un agente carcinogénico que ocasiona múltiples efectos negativos sobre la salud humana a corto y largo plazo, aunque pese a su alta toxicidad puede consumirse diariamente sin causar daños al organismo con un máximo de 12 a 15 microgramos en una dieta diaria de carnes, pescados, vegetales y cereales.

Hasta hace poco no se encontraba regulado en Chile a través de una norma primaria, pero eso cambió, ya que recientemente el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) presentó el anteproyecto de “Norma Primaria de Calidad del Aire para Arsénico”, dando así inicio al proceso de participación ciudadana que se extenderá hasta el 13 de julio y que busca fijar un máximo de presencia de este elemento como concentración anual, lo que beneficiará a varias ciudades del país. 

Desde el MMA señalaron que el documento propone un límite de concentración de arsénico en el aire de 23 nanogramos por metro cúbico (ng/m3), en línea con las recomendaciones de la agencia medioambiental de Estados Unidos (EPA). Para calcular la superación de la norma se considerará un promedio de la concentración anual de tres años sucesivos. 

En caso de estar cerca de superar la norma o al constatar que fue sobrepasada, se deberá declarar la zona como latente o saturada, con lo que se dará inicio a la elaboración de un Plan de Prevención y/o Descontaminación Atmosférica para el arsénico. 

Cabe destacar que -dada la realidad chilena- la regulación beneficiará a las ciudades donde operan las fundiciones de cobre, pues estas instalaciones de acuerdo al inventario de emisiones de fuentes puntuales representan el 99% de las emisiones de arsénico en el país.

La relevancia de esta normativa, además, se da en un contexto donde las regulaciones establecidas después de 1992 en Chile y la reducción de las emisiones atmosféricas de SO2 y partículas ricas en oligoelementos se redujeron mediante la incorporación de tecnología para cumplir con las nuevas normas de emisión. Sin embargo, los efectos históricos del arsénico permanecen latentes en algunos suelos del país a pesar de las regulaciones ambientales actuales.

¿Cómo puede ser gestionado?

La buena noticia es que este elemento puede ser tratado por empresas especialistas en la gestión y tratamiento de residuos peligrosos, como Hidronor. Gracias a su labor en pro del medio ambiente, se aminora el impacto de este tipo de residuos en el ecosistema, generando un gran aporte a la sustentabilidad del país.

Según Carolina Escandón, asesora de Residuos Industriales y Peligrosos de Hidronor, como socios estratégicos de la industria nacional -específicamente empresas mineras- todos aquellos residuos que contienen arsénico son sometidos a un tratamiento en las plantas de la compañía con el objetivo de reducir el riesgo potencial de este contaminante y transformarlo a través de reacciones químicas a formas de menor movilidad y toxicidad. 

“Tratamos estos residuos para reducir su toxicidad y disponerlos en un destino amigable con el medio ambiente, buscando con ello evitar su propagación. Vale la pena resaltar que todos nuestros procesos se desarrollan en el marco de un estricto cumplimiento de la normativa ambiental nacional, específicamente el D.S. 148 “Reglamento Sanitario sobre Manejo de Residuos Peligrosos”, plantea.

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