Proyecto Atrapanieblas de Coquimbo apoya a las comunidades con escasez hídrica

Los prototipos instalados en Peña Blanca permitieron abastecer con agua de niebla potable a las comunidades que carecen de este recurso.

El proyecto Atrapanieblas, desarrollado por académicos de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez, en colaboración con investigadora de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, ha finalizado con éxito, llevando agua potable y de riego a zonas de escasez hídrica, y convirtiéndose en la solución del futuro. 

Tras 2 años de investigación, el desarrollo de prototipos de atrapanieblas y el monitoreo en terreno demostró su capacidad para recolectar agua de niebla. 

Las nieblas son nubes que se producen entre los 500 y 1000 metros de altura y que no logran caer en forma de lluvia al suelo, pero sí es posible capturar dichas aguas mediante la tecnología.

Luego de su captura, esta es tratada mediante una membrana de ósmosis inversa, convirtiendo el 50% del agua recolectada en apta para consumo humano y el 50% restante para riego de jardines y huertos.

Gracias al Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDEF), se pudo llevar a cabo el sistema recolector de niebla más eficiente y de bajo costo para pequeñas comunidades del norte del país, siendo de ejemplo sustentable que podría replicarse en otras localidades rurales con escasez hídrica. 

En Chile, el 4,7 de la población rural no tiene una cadena formal de abastecimiento de agua potable y un 38% de esa población está distribuida en otras comunidades y asentamientos que no logran resolver su problema.

Este sistema de atrapaniebla multicapa posee propiedades aerodinámicas que mejoran el rendimiento de la tecnología tradicional, además de incorporar materiales textiles de bajo costo, explorando oportunidades de disponer alternativamente de agua potable, contribuir al riego y a la reforestación. 

El proyecto también incorporó el desarrollo de un sistema de purificación de agua de niebla para pequeñas comunidades rurales.

Podría pensarse que el agua de niebla es agua con alta pureza. Al contrario, esta atrapa a los contaminantes presentes en la atmósfera, por lo que es preciso someterla a ciertos procesos para que cumpla con los criterios de calidad de agua potable, establecidos en la Norma Oficial Chilena 409.

"Los análisis realizados al agua indicaron que el amonio era el único compuesto que excede lo establecido en la normativa. De entre las posibles tecnologías para eliminar amonio nos decidimos por la ósmosis inversa, ya que ésta garantiza una adecuada remoción del compuesto y es una operación sencilla y segura, de forma que la persona que opere el sistema de tratamiento no necesite de una formación técnica específica", agregó José Luis Campos, académico UAI. 

Existen diversas zonas del país con acumulación frecuente de niebla, gracias a la cordillera de la costa, y esto permitiría la instalación de atrapanieblas para resolver las necesidades de abastecimiento hídrico en pequeñas comunidades y a un costo competitivo. 

Jacques Dumais, director del proyecto Atrapanieblas UAI, explica que “usando condiciones en terreno realistas, el sistema de captación de niebla y potabilización del agua logró producir 1 metro cúbico de agua potable (1000 litros) a un costo de 5 dólares, lo que hace el agua de niebla competitiva respecto a otras fuentes de agua potable" cifras positivas para las zonas que están faltas de este recurso.

“Ya hemos identificado más de 30 lugares compatibles con niebla todo el año, evaluando la posibilidad de próximos proyectos en Valparaíso y Pichidangui", finaliza Dumais.

Actualmente, Chile figura entre los líderes en tecnología atrapaniebla, junto a otros como EE. UU, Perú, Islas Canarias, Marruecos y Alemania.

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