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Por Dominique BarraCera de abejas: una aliada natural en la conservación de alimentos

El producto apícola milenario surge como alternativa sostenible a los plásticos de un solo uso, ofreciendo propiedades antibacterianas y biodegradables para la conservación de alimentos.
La cera de abejas, sustancia natural producida por las glándulas cereras de las abejas melíferas, está ganando renovada atención como material de conservación alimentaria en un contexto de creciente preocupación por la contaminación plástica. Este producto, utilizado desde civilizaciones antiguas, combina propiedades físicas y químicas que lo convierten en una opción ideal para el envasado y preservación de alimentos.
Las propiedades hidrófobas de la cera de abejas crean una barrera natural contra la humedad y el aire, dos factores principales en el deterioro de los alimentos. Su composición, rica en ácidos grasos y ésteres, le confiere características antimicrobianas que ayudan a retardar el crecimiento de bacterias y hongos, prolongando así la vida útil de frutas, verduras y quesos.
Los envoltorios de cera de abejas representan una de las aplicaciones más populares en la actualidad. Estos paños reutilizables, elaborados con algodón orgánico impregnado de cera de abejas, aceites esenciales y resinas naturales, ofrecen una alternativa efectiva al plástico film y papel aluminio. Su capacidad para moldearse con el calor de las manos permite sellar recipientes o envolver alimentos de diversas formas.
Estudios recientes han demostrado que los alimentos envueltos en estos paños mantienen su frescura por más tiempo en comparación con envases plásticos convencionales. Las frutas y verduras conservan mejor su hidratación, mientras que los quesos pueden "respirar" adecuadamente sin resecarse.
La impermeabilización natural que proporciona la cera de abejas también ha sido aprovechada tradicionalmente para recubrir frutas y conservar su humedad interior. Esta técnica, conocida como "encerado", extiende la vida postcosecha de cítricos, manzanas y otras frutas sin añadir productos químicos sintéticos.
Otro uso innovador se encuentra en la producción de películas comestibles a base de cera de abejas, que pueden aplicarse directamente sobre alimentos para crear una capa protectora que evita la oxidación y el crecimiento microbiano.
Las ventajas ambientales son significativas: la cera de abejas es completamente biodegradable, compostable y su producción genera una huella de carbono mucho menor que los plásticos derivados del petróleo. Además, al ser un subproducto de la apicultura, su uso comercial fomenta la crianza de abejas, contribuyendo indirectamente a la polinización y biodiversidad.
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